El optimismo se sucede con el pesimismo en cuestión de minutos y sin la más mínima razón aparente.
Hoy ha sido un día de locos totalmente, con 250 puntos del máximo al mínimo.
Lo que ocurre es que la violencia hacia los dos sentidos es tal, que acaba con los nervios de cualquiera. En un mercado como este, lo mejor es no hacer nada, si no queremos acabar en el manicomio.
Hay que esperar que los operadores se pongan de acuerdo, que lo harán dentro de poco tiempo, y seguir su estela. De momento el mercado se ha convertido en una lotería, y esto no es normal.
Según la vela diaria, mañana tenemos más posibilidades de subir que de bajar, pero la verdad, cualquiera se fía.
martes, 28 de septiembre de 2010
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